“María quiere que pongamos en su protección nuestra esperanza. Lo que no puedan los hombres, lo hará ella”
(San Juan Bosco)
María, Reina de la Paz, asiste al mundo.
El Papa Francisco no cesa sus peticiones por la Paz entre nosotros; para la paz en Siria, en todo el Medio Oriente y el mundo entero: “¡Nunca más la guerra! La paz es un don demasiado precioso que debe ser promovido y tutelado… No es el uso de la violencia que lleva a la paz… la guerra llama a la guerra, la violencia llama a la violencia”.
Los cristianos debemos involucrarnos en la pregunta que el Santo Padre nos propone: “¿Qué cosa podemos hacer nosotros por la paz en el mundo?” Oración, penitencia y ayuno, de siempre han sido las armas del pueblo de Dios para impetrar el don de la paz, a través de la intercesión de María, Reina de la Paz.
Este mes de septiembre, la Liturgia presenta tres fiestas marianas: el 8 de septiembre, Nacimiento de María, esperanza de toda la humanidad; el 12 de septiembre, Santísimo Nombre de María, intercesora de nuestras oraciones; 15 de septiembre, Nuestra Señora de los Dolores, fuente de piedad.
María es Reina de Paz, ella asiste al mundo y nos dona al Hijo de Dios, que enseña al hombre que la paz es el fruto del perdón. Seamos como María, acerquemos a ella para aprender a ser instrumentos de Paz en el Mundo. Y en este mes que comenzamos tenemos la oportunidad de vivir y festejar sus diferentes advocaciones, las cuales nos dan la oportunidad de profundizar en la vida de Nuestra Buena Madre para conocerla mejor y sentirla más cerca de nuestro corazón.
Señor, hazme instrumento de tu paz…
…Que allá donde hay odio, yo ponga el amor. Que allá donde hay ofensa, yo ponga el perdón. Que allá donde hay discordia, yo ponga la unión. Que allá donde hay error, yo ponga la verdad. Que allá donde hay duda, yo ponga la Fe. Que allá donde desesperación, yo ponga la esperanza. Que allá donde hay tinieblas, yo ponga la luz. Que allá donde hay tristeza, yo ponga la alegría. Oh Señor, que yo no busque tanto ser consolado, cuanto consolar, ser comprendido, cuanto comprender, ser amado, cuanto amar. Porque es dándose como se recibe, es olvidándose de sí mismo como uno se encuentra a sí mismo, es perdonando, como se es perdonado, es muriendo como se resucita a la vida eterna. (San Francisco de Asís).
¿Eres sembrador de amor o de odio? ¿Sabes perdonar o está tu corazón lleno de rencor? ¿Sabes pedir perdón? ¿Eres medio de paz entre tus hermanos? Reflexiónalo junto al Señor.
Próximas fechas:
13, 14, 15 y 16 de septiembre: Triduo en honor a Nuestra Señora de la Caridad en la Parroquia y Real Santuario de Santa María de la Victoria y la Merced.