Carta de la Hermana Mayor

Queridos hermanos y hermanas,

Llevamos muchos meses conviviendo con una pandemia que ha modificado nuestra forma de vivir y lejos de mejorar la situación, tenemos por delante unos meses muy complicados. Ya el año pasado soportamos un confinamiento en plena Semana Santa y gracias a la participación de los hermanos y al esfuerzo de muchos, pudimos compartir situaciones que jamás habíamos vivido, sacando de cada uno de nosotros, experiencias de fe únicas e irrepetibles.

Todos rezábamos esperando el control de la enfermedad, por las familias que estaban sufriendo de primera mano la crueldad de este virus, por las personas que ponían sus talentos al servicio de los demás, por la mejora de la situación económica… y confiábamos en los resultados de la investigación para encontrar la vacuna que solventara y nos ayudara a superar esta enfermedad. Desgraciadamente la fortaleza de este virus ha superado con creces los medios que hasta hace poco teníamos y el aumento de contagios nos está llevando a sufrir una tercera ola que lejos de mejorar nuestro día a día nos vuelve a mostrar un camino de sufrimiento.

Ante este panorama tan complicado de entender y asumir, y ante la imperiosa necesidad de tomar decisiones al respecto de los desfiles procesionales de la próxima Semana Santa, nuestro Obispo, D. Jesús Catalá, ha hecho público el decreto suspendiendo los actos de culto externo y todas las celebraciones que hagan uso de la vía pública, debido a las circunstancias provocadas por la pandemia. Si bien las últimas noticias nos hacían imaginar que esta suspensión iba a llegar, no por ello ha dejado de ser una crónica desoladora y triste de aceptar.

Lejos de quedarnos paralizados, una vez más es el momento de mostrar que lo verdaderamente no se puede suprimir y eso lo seguiremos haciendo. No habrá procesiones en la calle, pero sí celebraremos la Semana Santa, viviremos los cultos junto a nuestros Sagrados Titulares con mayor devoción si cabe, compartiremos con los hermanos esos días, con las medidas de seguridad marcadas por las autoridades y con el rigor exigido, pero también con la ilusión y alegría de conocernos por nuestras acciones. Es el momento de celebrar y profundizar en la fe, de hacernos presente en los cultos, de ofrecer nuestras capacidades y ponerlas al servicio de los demás. No escatimaremos en esfuerzos para atender a los que más lo necesitan y por supuesto intentaremos organizar un programa de actos lo más completo posible en torno al Cristo del Amor y a la Virgen de la Caridad.

Aprovecho este comunicado para animaros a participar en todos los actos, y por supuesto, a que nos hagáis llegar vuestras ideas y sugerencias para vivir intensamente este período de fe.

Os mantendremos informados a través de las redes digitales de las actividades que se programen. Estoy convencida de que nuestros Sagrados Titulares nos ayudarán a afrontar este camino de vida y fe compartida.

Un fuerte abrazo y mi deseo de que os cuidéis de vosotros y de los vuestros.

Mª del Carmen Ledesma Albarrán
Hermana Mayor

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