Cartel Ubi Caritas 2022 por Fernando Vaquero

Intervención del autor del cartel Ubi Caritas 2022, Fernando Vaquero Valero, en la presentación de la obra. La misma es un óleo sobre lienzo de 130 x 91 cm.

La escena que ven aquí no está compuesta al azar, ni es un simple capricho estético del pintor. Seguramente varios elementos de este cartel les estén llamando en este momento la atención… no es lógico que aparezcan tantas mujeres al pie de la cruz ¿por qué aparecen? ¿está justificado o es solo una invención del pintor? ¿Y quiénes son? ¿Tiene algún significado ese abismo que se abre tras aquel centurión romano que mira al vacío? Voy a procurar responder a todas esas preguntas. Todo nace de un pensamiento recurrente que viene a mi mente cada Semana Santa o cada vez que veo alguna película sobre Jesús de Nazaret. Esa reflexión es la siguiente: Cuan distinta fue la actuación de las mujeres con respecto a los hombres en aquel Viernes Santo de hace ahora 2022 años. Y voy a intentar justificar todo esto que acabo de decir:

En los Evangelios encontramos citas de este tipo:

“A los pies de la Cruz estaban en primer lugar las mujeres. De los Apóstoles sólo Juan permaneció fiel; las mujeres eran muchas. No sólo estaba la Madre de Cristo, María Cleofás o María Magdalena”, sino que “había allí muchas mujeres mirando, aquellas que habían seguido a Jesús desde Galilea para servirle” todo esto lo dice Juan (Jn 19,25) y Mateo (Mt 27,55).

Tras la lectura de pasajes como estos nos damos cuenta de que en esta prueba tan dura de fe y fidelidad, las mujeres se mostraron más fuertes que los Apóstoles.

Pero, curiosamente, en Semana Santa y me atrevería a decir en casi toda la historia del arte nos solemos olvidar de ellas acordándonos fundamentalmente de los Apóstoles, procesionamos con nuestras Ultimas Cenas, nuestras Oraciones en el Huerto o los prendimientos aun sabiendo que en los últimos y terribles momentos de la vida de Cristo, éstos lo abandonaron. No existen pasajes en tronos en los que aparezca este numeroso grupo de mujeres que narran los Evangelios ¿y por qué? no lo sabemos
Nadie pone en duda que los discípulos querían al Maestro, pero cada Viernes Santo me viene este mismo pensamiento a la cabeza: En las últimas horas junto a Jesús éstos no salen muy bien parados: desde que se quedan dormidos mientras Él ora en Getsemaní hasta callar sin salir en su defensa tras el prendimiento , desde la traición de Judas por 30 monedas hasta huir y esconderse en una casa por miedo a los judíos, desde negarlo por tres veces hasta no creer en su Resurrección si no metían los dedos en sus llagas. Apóstoles con una fe demasiado humana, tan humana que es muy posible que hubiesen sido capaces de morir matando en una lucha, pero allí se estaba realizando una batalla muy distinta, una batalla en la que Jesús vencerá a la desobediencia obedeciendo, vencerá a la soberbia con una humillación total y vencerá a la muerte pasando por ella.

Ellos no están preparados para comprender tanto amor y tanto entregamiento, ésta es la causa de su huida y de su abandono y es ésta también la causa de por que ellas SI lo entendieron. Ellas saben que el amor y el dolor son inseparables. Porque así nos dieron a luz a todos nosotros: entre dolor y amor, los nombres curiosamente de vuestros dos titulares. Ellas son las dueñas del amor mas grande de todo el universo: el amor de madre.

La mujeres en este pasaje evangélico que he pintado están amando sin medida, Aman por amar, aman como si todas y cada una de ellas fuesen las madres de ese Hijo que ahora sufre y las necesita. “Hijas de Jerusalén” -les dijo- “no lloréis por mí”. Aquí esta la raíz de su perseverancia. Son fuertes porque aman más y mejor. Tras pensar en todo esto no se me ocurre mejor nombre para vuestro Cristo.

He investigado mucho acerca de ese grupo de mujeres. Los Evangelios no especifican el número de las que asistieron a esta escena: quizá hubo un flujo de idas y venidas, y por eso los evangelistas coinciden en algunas y difieren en otras, o simplemente citan las que más les impresionaron, no lo sabemos. La primera en mencionarse es lógicamente es María Santísima; la segunda es María Magdalena citada expresamente por tres evangelistas, ya que el cuarto sólo habla genéricamente de las mujeres; Juan nombra a María mujer de Cleofás y a una hermana de la Virgen, Marcos habla de Salomé, dos evangelistas hablan de otra María mas: la madre del apóstol Santiago y José, también se menciona a la madre de los hijos de Zebedeo, que son Juan y el otro Santiago, pensar que entre esas mujeres estaban las madres de algunos apóstoles mientras sus hijos permanecían escondidos en ese momento es algo que me choca muchísimo.

Y dicho todo esto vuelvo al mismo pensamiento: ¿Dónde están representadas en nuestra Semana Santa todas esas mujeres de las que hablan las escrituras? por qué nos hemos olvidado de ellas ? habrá algún trono o paso en el mundo que haga alusión a esta escena de Jesús con las mujeres? Yo he querido encontrar uno en esta bendita ciudad de Málaga.

Cuando me encargaron este cartel una de las cosas que más me llamó la atención fue la colocación de la Virgen, está dispuesta no mirando hacia su Hijo al pie de la Cruz (lo cual sería lógico) sino en sentido contrario… y ¿por que? ¿Qué explicación tiene esto? ¿hacia donde mira? ¿Por qué abre sus brazos en sentido opuesto al Hijo? la respuesta que yo he querido darle a esta pregunta ya la veis en mi cartel… se dirige a ellas, a las que nunca abandonaron a su Hijo, se dirige a ellas lamentándose :“Mirad y ved si hay un dolor semejante al mío”.

Muchos de nosotros hemos sido alguna vez como los apóstoles, reconozcámoslo, hemos abandonado en alguna ocasión al prójimo por miedo, por pereza o hemos mirado los problemas de los demás desde la distancia, nos ha faltado esa virtud teologal que preside este cartel: la caridad, y cuando nos falta la caridad nos falta Dios, y cuando nos falta Dios un abismo se abre ante nosotros, ese abismo que veis a la izquierda del cartel y en el que muchos ya han caído y seguirán cayendo.

Por eso he puesto, me he puesto, alto, grande y claro vuestro lema en el cartel, para que no lo olvidemos, para que nunca nos dejemos caer en el abismo: Ubi caritas et amor, Deus ibi est: Donde hay caridad y amor, allí está Dios.

Y termino mi explicación hablando del punto de vista, del ángulo, del lugar desde el que observamos esta escena. Tampoco es al azar: podría haber colocado al espectador entre esas mujeres, para sentirnos así mas cerca de Él, sin embargo he decidido colocar al observador mirándolo todo desde cierta distancia, no como un reproche, ni como una crítica, sino simplemente como una invitación a la reflexión, una reflexión que estoy seguro se ha hecho mas patente en todos nosotros durante estos dos largos años de pandemia. Una pandemia que me ha permitido que conviva con este cuadro en casa todo este tiempo, he tenido esta escena delante día a día.. una escena sin tronos, sin nazarenos, sin flores ni música pero con un mensaje mucho mas potente que todo eso: vuestro lema. Una escena que me ha ayudado a soportar todos estos meses de incertidumbre y que me hubiera gustado que todos vosotros también la hubieseis tenido delante pero vuestro Cristo del Amor (y él sabe el por qué) ha decidido que empecéis a mirarlo a partir de hoy.

 

Fernando Vaquero Valero
Autor del Cartel Ubi Caritas 2022

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