Es la primera fotografía del Cristo del Amor y la Dolorosa en su trono procesional, preparado para la salida del Viernes Santo de 1924. El trono era obra de Antonio Barramino y en el mismo se combinaba la madera barnizada en tono caoba con la talla dorada. En el frontal destacaba una gran escudo de la Cofradía.
La Hermandad había adoptado como propio un antiguo emblema de la orden de San Agustín, seguramente tomado de algún elemento decorativo presente en el convento de las madres agustinas en el que se veneraban las imágenes.
El trono se montó en la iglesia de la Victoria. En concreto, podemos identificar, casi con toda seguridad, la actual capilla del Perpetuo Socorro. Allí, prácticamente a ras del suelo, las andas están dispuestas para la salida, con las imágenes preparadas sobre un monte de corcho.
Llaman la atención las potencias y la corona de espinas metálica que ciñe las sienes del Cristo, así como la ráfaga de la Virgen de los Dolores y la espada que se hunde en su pecho. La corona del Cristo es la única de aquellas piezas que se conserva actualmente.
La iluminación se resolvía con unos candelabros de cuatro brazos en las esquinas y unas tulipas que rodeaban el cajillo tanto en el nivel superior como sobre la parte inferior del mismo. Este trono servirá para procesionar al Cristo del Amor hasta 1954, aunque la iluminación irá variando desde el mismo año siguiente al estreno (1925), con la incorporación de más brazos en los candelabros y posteriormente con la sustitución por unos amplios arbotantes.