Entrevista al vestidor de la Virgen de la Caridad, Guillermo Briales

Guillermo Briales es un joven malagueño con muchos años de experiencia en el arte de vestir imágenes. Desde bien pronto, de la mano del Padre Gámez (q.e.p.d.), fue adentrándose en el oficio, entre alfileres y encajes. Hoy esta Real Cofradía tiene la suerte de contar con sus dones para con la Santísima Virgen. Conozcamos un poco más a nuestro vestidor.

 

Pregunta: Mejor que tú, nadie para contestar esta pregunta, ¿Quién es Guillermo Briales?
Respuesta: Guillermo Briales es un cofrade enamorado de la Virgen María, católico, apasionado por el arte y amante de la historia, entre tantas cosas. Oriundo de Málaga pero entusiasta de nuestra Andalucía, de sus tradiciones e idiosincrasia. Licenciado en historia del arte y profesor de historia en la Fundación Diocesana Santa María de la Victoria. Mi infancia está muy vinculada al mundo de las cofradías, ya que mi madre es de Alhaurín el Grande, pueblo en el que no se entiende el no ser cofrade. Además, por mi familia paterna me uno desde mi infancia a la hermandad del Monte Calvario de la capital malagueña. Mi gran afición es el vestir a las Sagradas Imágenes, sobre todo marianas, siendo esto lo que más me llena en mi vida junto a mi profesión, la educación, donde disfruto a diario enseñando historia a mis alumnos.

P: ¿Cómo fueron tus inicios en el arte de vestir? ¿Qué supone la figura de D. Manuel Gámez en tu vida?
R: Desde muy pequeño me llamó la atención el arte sacro, pues con solo unos pocos años creé la imagen de una Virgen de vestir a la que iba cambiando. Me fijaba mucho en las dolorosas de las iglesias, y al vincularme a la Hermandad del Calvario me pegué a la abacería. Allí fue donde conocí a mi maestro y mentor, el Padre Gámez, que vio en mi ciertas cualidades y junto a él empecé un proceso de aprendizaje. Inicialmente con el grupo de misterio de la Sagrada Mortaja, y el siguiente paso fue llevarme a vestir a la dolorosa del Yacente de Fuengirola. Tanta fue la confianza que depositó en mi, que a los pocos años me cedió el testigo con Santa María del Monte Calvario y María Santísima de la Paloma. Quiero resaltar que no sólo me ha enseñado las técnicas y trucos en el arte de vestir, también una gran formación litúrgica y, sobre todo, el enorme respeto a este acto de vestir a María que se traduce en amor, fervor y devoción a nuestra Señora.

P: ¿Cuáles son las Vírgenes a las que tienes la suerte de vestir?
R: Actualmente tengo la suerte de vestir a la Virgen de la Gracia y Esperanza de Estudiantes, la Paloma, Fe y Consuelo, Monte Calvario, Caridad y Reina de los cielos, en la capital. Dolores de Coín, Amor y Soledad, y Carmen en Fuengirola, Paloma de Ronda, Carmen de Marbella, Carmen de la Carihuela e imágenes de algunos conventos de las hermanas Filipenses.

P: ¿Cómo afrontaste el encargo de vestir a Nuestra Señora de la Caridad?
R: Con muchísima ilusión, pues mi cercanía a la parroquia ha hecho que siempre le tenga gran cariño a la Virgen de la Caridad en particular, y a todos mis hermanos del Amor. Por eso, fue un verdadero honor recibir la gran noticia de comenzar con las labores de vestidor para esta señera hermandad victoriana. Siempre es una alegría y orgullo que cuenten con tu persona para una tarea tan importante.

P: Háblanos del grupo de camareras de nuestra Hermandad.
R: Desde el principio me he sentido muy integrado y querido. Ellas se encargan de cuidar el ajuar de nuestra Madre, y son piezas fundamentales en el momento de vestir a la sagrada imagen. Se preocupan de traer la ropa, prepararla con mimo, la desnudan, le colocan la saya y me auxilian en el resto del proceso de la vestimenta. Además, son muy perfeccionistas y cuidan mucho los últimos retoques.

P: Poco a poco, vas creando una línea en los distintos arreglos que has plasmado en la Virgen de la Caridad. ¿Cuál crees que son o deben ser las líneas maestras de nuestra Titular?
R: Buscar su sello y personalidad, y para alcanzarlo es necesario hacer un gran esfuerzo en lo patrimonial, lo cual se está realizando últimamente para que nuestra titular luzca cómo se merece. La procesión son unas horas al año, nuestra Virgen está en su capilla los 365 días. No obstante, noto que la hermandad está cada vez más implicada y preocupada en estos aspectos.

P: La labor de vestidor, ¿Es más que vestir?
R: Suelo involucrarme bastante en la vida de hermandad, tomar parte en proyectos y fomentar las iniciativas que tengan que ver con la mejora de la vestimenta de la Virgen. Por ejemplo, ahora estoy preocupado en la falta de una saya burdeos para completar su ajuar. Vivo con gran ilusión todos los avances y mejoras que se hacen para fomentar la devoción a la Virgen de la Caridad.
En el aspecto devocional también me suelo implicar sobre manera, ya que por mi cercanía a la imagen muchas personas me piden alfileres y oraciones por sus necesidades.

P: ¿Qué opinión te merece el momento actual de vestidores en Málaga?
R: Málaga cuenta con grandes vestidores, desde los más veteranos a las nuevas promesas. Cada uno busca dotar de personalidad a la imagen, cada vez con más exigencia y calidad. En estas últimas décadas se ha avanzando mucho en calidad patrimonial de encajes y bordados para mostrar a las dolorosas con distintos aditamentos dependiendo del tiempo litúrgico y de las festividades más señaladas.

P: ¿Qué hablas con la Virgen cuando te pones frente a Ella?
R: Ante todo le doy gracias. Me siento muy querido por la Virgen, y muy afortunado por estar a su lado. La Virgen de la Caridad ha puesto en mi camino a personas maravillosas que me demuestran un enorme cariño, el mismo que yo le tengo a ellas.

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